En los últimos años hemos visto cómo ha cambiado enormemente el consumo de Internet en nuestros hogares, en los espacios de trabajo y en los principales sitios de ocio como los restaurantes y cafés o los centros comerciales. En el caso concreto de los hogares, ya no solo conectamos a Internet los ordenadores, sino una gran número de dispositivos electrónicos como los móviles, las tablets, las Smart TV u otros dispositivos inteligentes.
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Por esta razón es muy importante comprobar si la velocidad de Internet que hayamos contratado se corresponda con la que tenemos en nuestro día a día, y para ello podemos realizar un rápido test de velocidad que solo nos llevará unos segundos y mediante el cual podremos evaluar la velocidad de descarga (download), de subida (upload) y de respuesta (ping).
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El correcto funcionamiento de nuestra conexión
En algunas ocasiones nuestra conexión a Internet puede no funcionar adecuadamente o hacerlo de una manera mucho más lenta de lo esperado, para saber el origen de esto, lo primero que tenemos que hacer es comprobar el estado de nuestro equipo, ya que puede estar obstaculizando la conexión por un rendimiento bajo, lo segundo es medir la velocidad con un test de velocidad, el que nos dirá con precisión la velocidad real de nuestro WIFI.
Una conexión a Internet lenta puede ser motivo de desesperación para muchos, por lo que hay ciertas medidas que podemos llevar a cabo para solucionar el posible problema como el reinicio de todos los equipos, la actualización del sistema operativo o la del navegador que utilizamos.
La importancia de una buena medición
Hoy en día podemos encontrar diferentes velocidades de Internet como las de 30, 50, 70,100 o hasta 500 megas, y con ellas se consigue una conexión de calidad y bastante estable, lo que nos permite trabajar de una mejor manera, ya que las páginas se cargan rápidamente y no hay problemas para reproducir videos o películas de gran calidad. Además, una velocidad alta permite que todos los dispositivos conectados a Internet funcionen a la vez sin perder calidad y disfrutar de la máxima conexión.
Ahora bien, si creemos que tenemos una velocidad mucho más baja de la que hemos contratado, antes de empezar a reclamar a la compañía por sus servicios, es de vital importancia asegurarnos de que realizamos la medición de nuestra conexión en un sitio seguro y fiable, puesto que una medición errónea y una reclamación sin base técnica puede acarrear peores consecuencias.