El posicionamiento en buscadores es una disciplina que requiere tener conocimientos en muchos campos. Los buenos expertos saben la importancia que tiene elaborar contenidos de calidad y bien orientados a las búsquedas de los usuarios, como también el saber hacer que la web cuente con un diseño tan rápido como llamativo a nivel visual. El problema es que muchos pasan por alto uno de los pilares más importantes, el buen uso de las imágenes.
Introducir imágenes en un texto de cualquier tipo o en cualquier clase de página para enriquecer su contenido es algo esencial. Todo el que alguna vez ha editado o elaborado contenidos digitales sabe que es imprescindible escoger la ubicación y el tipo de imagen adecuado para acompañar en cada momento. El problema no está ahí, sino en cómo es la imagen que se utiliza más por el continente que por el contenido.
Huelga decir que, en primer lugar, para que una web no tenga problemas de ninguna clase, es de vital importancia que las fotografías publicadas sean propias o, al menos, se hayan encontrado con bancos de imágenes sin derechos. Al hacer esto, no se cae en ninguna violación de copyright y se evitan situaciones que pueden derivar en serios problemas legales.
Ese es el primer punto a cumplir, aunque hay más detalles importantes si quieres que, de un modo o de otro, las imágenes escogidas para cualquier web ayuden a que esta se posicione mejor en buscadores como Google.
¿Qué debo saber a la hora de subir una imagen a una web?
Antes de buscar y colocar imágenes en una web para hacerla más completa, tienes que tener en cuenta 3 puntos de vista diferentes: el primero es el SEO, y la influencia que las imágenes tienen en este; el segundo son los derechos de autor, algo importantísimo para saber qué se puede usar y qué no; el tercero y el último es el mismo diseño de la web y la temática del contenido, que influyen en el tipo de imágenes a escoger.
Desde la perspectiva del SEO
Dado que el posicionamiento en buscadores se ha convertido en la prioridad para cualquier portal online, vamos a comenzar tratando este punto. Desde el punto de vista del SEO orgánico, las imágenes a utilizar en cualquier página web deben tener un formato habitual y, a ser posible, ocupar el menor tamaño que se pueda.
Si ocupan menos, el navegador tarda menos en cargarlas y, por lo tanto, mejora la experiencia del usuario. Para cualquier persona que navega, y más en los tiempos que corren, toparse con una web en la que la carga se hace eterna por culpa de sus imágenes es algo negativo, y eso repercute en el posicionamiento.
Aunque lo normal es que la imagen subida sea en formato «.jpg», el más ligero y de calidad que hay actualmente, es posible usar también conversores al formato «.webp», lo que hace que el tamaño se reduzca considerablemente y se aligere la carga sin que ello repercuta en la calidad de la imagen. Es algo muy a tener en cuenta y que influye considerablemente a la hora de escalar puestos en los resultados de las búsquedas.
Desde la perspectiva legal
La Ley de Propiedad Intelectual, y más concretamente, el artículo 17 de la LPI, deja muy claro que todas las obras fotograficas son objeto de protección del derecho de autor y que, además, su explotación solo puede ser realizada por el autor de las mismas.
Solo quien ha elaborado una fotografía y ha decidido que sea suya al subirla a la red, tiene el derecho de reproducirla, distribuirla o usarla en medios donde se le pueda dar una mayor visibilidad. De hecho, la ley se extiende incluso al derecho a modificar la imagen, de nuevo solo para el autor de la misma.
En el caso de usar imágenes de terceros, debes asegurarte de acudir a un banco de imágenes sin derechos, que esté repleto de fotografías y contenidos que puedas reproducir y modificar libremente. De no ser así, puedes incurrir en un delito con graves consecuencias para ti y para tu página web.
Desde la perspectiva del diseño
También hay que saber cómo usar imágenes en webs teniendo en cuenta el diseño, de hecho es uno de los aspectos más importantes de estas.
Hay que escoger las dimensiones y el contenido adecuados para cada momento del texto. De nada sirve colocar una imagen que ocupa prácticamente toda la pantalla si estás obligando al usuario a bajar para seguir leyendo o viendo el contenido que quería.
De hecho, de nada sirve tampoco usar una fotografía que no acompaña al contenido que se está mostrando. Es necesario conjugar adecuadamente, incluso aprovechar bien los colores para que casen con el diseño general de la web y, así, se consiga cierta homogeneidad que mejore la sensación que se tiene al ver y leer en el portal online.
Este, por extraño que parezca, suele ser el punto en el que menos éxito se tiene a la hora de usar imágenes en webs. Hay cierto tino al escoger, pero no se termina de pulir con la selección, provocando que no sea tan adecuada como debiera y no se consiga el efecto deseado.
Usar una imagen es todo un arte. No basta con entrar en un buscador y elegir cualquiera, hay mucho que tener en cuenta para hacer la elección más acertada y beneficiosa.